
No puede pasar desapercibida la otra desgracia ocurrida el fin de semana en Ciudad Juárez por el mal estado de las carreteras federales. Aunque es un tramo ubicado todavía dentro de la mancha urbana, no deja de ser responsabilidad del Gobierno federal que mantiene la carretera federal Juárez–Casas Grandes en el olvido. El sábado pasado por la tarde, una familia completa fue arrancada de la vida. Una pareja de pastores y sus dos hijas pequeñas murieron luego de que un tráiler, conducido por un cobarde, los sacara de la vía. El chofer huyó, dejándolos destrozados entre los fierros y la tierra. Pero no solo él es responsable. Esta tragedia tiene muchos culpables, empezando por quienes tienen años sin hacer nada por el tramo federal que ya parece trampa de muerte. Los kilómetros, donde ocurrió el accidente, cerca del 115, no tienen ni señalización, ni topes, ni reductores de velocidad. La nada. Como si el gobierno federal hubiera decidido que esa región no merece cuidado, ni inversión y mucho menos respeto. Y vaya que no es la p