
Se puso buena la sesión ordinaria 18 de Cabildo. Lo de ayer fue un auténtico agarrón político disfrazado de preocupación por la educación. El tema central fue la aprobación de 150 millones de pesos para infraestructura educativa, pero el debate dejó al descubierto las ya conocidas diferencias entre los regidores, posturas partidistas y hasta algunas contradicciones. El regidor panista Alejandro Jiménez quedó como la tía imprudente en las reuniones familiares: criticó a los morenistas por presunto proselitismo a favor del alcalde, pero terminó contradiciéndose al afirmar que las escuelas estatales eran las más necesitadas. Eso provocó una respuesta directa del reestrenado regidor Antonio Alderete, quien le sugirió mejor exigirle a “su jefa”, la gobernadora, que hiciera su parte. Por su lado, la regidora Karla Escalante también intervino, señalando que los planteles más beneficiados eran del Cobach, dependientes del gobierno estatal, y llamó a que el Estado también se comprometa. Cruz Pérez Cuéllar no se quedó atrás. Defendió el subsidio argumentando que no responde a ningún cálculo político, sino a las múltiples solicitudes que ha recibido desde 2021, cuando el deterioro de muchas escuelas se hizo evidente tras la pandemia. Afirmó que para el gobierno municipal no importa si la escuela es estatal o federal, porque todos los niños y niñas beneficiados son juarenses. De por sí —dicen fuentes— Jiménez no da una, y todavía se deja ir como hilo de media.