EL INSPECTOR
- Por Editora M
En pleno 2025 y todavía nos encontramos con historias indignantes: un hombre que, sin pudor alguno, se hizo pasar por empleado municipal para extorsionar a dueños de yonkes, amenazándolos con clausuras ficticias y embolsándose dinero en efectivo. Lo alarmante en este caso no es solo la audacia de Edgar G.V., el falso inspector, sino la facilidad con la que este tipo de usurpaciones aún se cometen, aprovechándose del miedo y la desconfianza hacia las autoridades. ¿Cómo es posible que un individuo con una simple lista de negocios y enchalecado pueda operar como si fuera la ley? Esto no solo expone la vulnerabilidad de los comerciantes de cualquier rubro, sino también la necesidad de reforzar los mecanismos de verificación y la cultura de denuncia, para que este tipo de abusos dejen de ser una herramienta de intimidación impune.