La Columna

DESAFORTUNADO ESCÁNDALO

  • Por Editora M

La denuncia viral contra Myrna Judith Barajas, servidora pública y directora del Ipacult, por agredir físicamente a su propia tía, María Isabel Martínez, no solo evidencia un conflicto familiar, sino que pone en entredicho el comportamiento que debe regir la vida de cualquier funcionario público dentro y fuera de su horario laboral. Lo que parecía un simple pleito familiar quedó completamente desmentido con los videos que muestran la agresión cometida no solo por la funcionaria, sino también por su esposo e hija, lo que desató la indignación social, particularmente entre padres de familia que comentan hoy temen represalias por parte de quien, paradójicamente, dirige un instituto dirigido a la comunidad, incluidos menores de edad. Sin embargo, el alcalde Cruz Pérez Cuéllar intentó deslindarse asegurando que se trata de un asunto personal que no le compete y que, si alguien considera que hubo un delito, debe acudir a la Fiscalía. “Yo no sé qué podría hacer, no está en el ámbito del trabajo”, dijo en un audio al hijo de la víctima. Pero eso sólo encendió más los ánimos de los familiares de la víctima, quienes le respondieron que “lo que sí puede hacer es removerla del cargo”. Además, dejaron claro que esto no es un asunto privado cuando quien agrede es una servidora pública que representa a la administración municipal. “Hasta donde sé, cualquier funcionario tiene prohibido actuar con violencia o promoverla”, reclamaron. “Esto fue un intento de feminicidio y no nos vamos a quedar callados, señor Pérez Cuéllar”. Graves declaraciones y desafortunado el escándalo que envuelve a la titular de un instituto que promueve la cultura en la ciudad.